Dime, dime, dime... dime que me quieres...

Es tan increible, a veces, lo que la vida nos depara... Aqui estoy, loca hace unos meses por viajar a Australia para vivir alli, cerquita de Bonday Beach... y hoy me veo tan anclada en el puerto de Madrid...

Bueno o malo, el destino no nos avisa, no llama, no dice lo que piensa, lo que siente, lo que planea ni lo que organiza, si es que organiza algo con tiempo suficiente o nos lo guarda todo al azar de unos dias que pasan tambien sin avisar, sin llamar, sin decir si vienen ni van...

Parecen años desde que dejé mi vida en Londres. Pero de vez en cuando me despierto pensando que tengo que coger el Bus 453 hasta Picadilly para alli cambiar en Picadilly Street... El frio de este invierno me recuerda a las mañanas londinenses. el frio en las mejillas y siempre el paraguas a mano. Lo mas pequeño posible xa que cupiese en el bolso gigantesco donde cabía hasta mi vida, si se terciaba llevarla tb encima.

Y las pintas de cerveza a la hora de la merienda, que suplian la cena.

Dejame decirte que no lo echo de menos. Aunque a veces llore.

Dejame decirte que me siento plena, aunque no vea el Big Ben a mi derecha cada dia, al cruzar en bus el puente de Westminster.

Y dejame decirte, por fin, que te Quiero. Que me has dado la Vida de nuevo. Que me siento plena a tu lado. Y no dejes nunca de besarme en la mejilla. Como haces a cada instante. Un beso por

segundo.

Y dejame darte las gracias x ello, niño.

Gracias x escribirme que me quieres en la arena de tu playa